Explora la esencia volcánica de Lanzarote en una escapada de cinco días donde el senderismo se funde con la naturaleza más pura del Atlántico.
Vive una experiencia diferente recorriendo tres rutas seleccionadas que te llevarán desde los paisajes lunares del Parque Nacional de Timanfaya hasta los viñedos de La Geria y los acantilados del norte. Cada jornada combina el silencio volcánico con la fuerza del viento, la luz y el mar.
En esta escapada todo está pensado para disfrutar del movimiento: traslados organizados en taxi o bus, mapas detallados, archivos GPX y descripciones claras para que puedas caminar a tu propio ritmo, con la seguridad y libertad de una aventura autoguiada.
Los contrastes de Lanzarote sorprenden en cada paso: cráteres dormidos, senderos entre lava petrificada, pueblos blancos y el brillo del océano en el horizonte. Es una isla que se recorre con calma, donde cada ruta es un diálogo con la tierra, el fuego y el viento.
Una experiencia para quienes buscan caminar despacio, respirar profundo y descubrir cómo la naturaleza volcánica se transforma en arte y vida.
Tu aventura comienza en Lanzarote, una isla moldeada por el fuego y el viento. A tu llegada, traslado privado hasta el alojamiento en Arrecife, donde podrás relajarte y comenzar a sentir la calma volcánica del entorno.
Alojamiento en Arrecife en el Hotel Lancelot o similar.
Desde la tranquila Villa de Haría, el sendero asciende hacia el impresionante Risco de Famara, una muralla natural que custodia el norte de la isla. Desde lo alto, las vistas hacia la isla de La Graciosa y la inmensidad del océano son un espectáculo de luz y silencio.
El camino avanza por el borde del acantilado con una panorámica ininterrumpida de la costa y la Playa de Famara, regresando entre palmerales con vistas al Volcán de La Corona. La jornada puede concluir con una visita a la Casa-Museo César Manrique en Haría, un lugar que respira arte y serenidad.
Alojamiento en Arrecife en el Hotel Lancelot o similar.
Muy cerca del Parque Nacional de Timanfaya comienza esta ruta, una de las más impresionantes de la isla. El sendero atraviesa paisajes de lava y malpaís hasta alcanzar la Caldera Blanca, un cráter perfecto de 1,2 kilómetros de diámetro.
Desde su cima, las vistas hacia el mar y las Montañas de Fuego son inolvidables. El horizonte se llena de matices grises y rojizos, recordando la fuerza del volcán que dio forma a este lugar. Al finalizar la ruta, puedes dedicar un tiempo a visitar Timanfaya y su entorno volcánico.
Alojamiento en Arrecife en el Hotel Lancelot o similar.
El día comienza en el apacible pueblo de Femés, una auténtica atalaya natural sobre el sur de Lanzarote. La ruta asciende hacia el Pico de la Aceituna y el Pico Redondo, ofreciendo panorámicas que abarcan Fuerteventura, el islote de Lobos y el litoral de Papagayo.
El descenso se abre entre barrancos hasta llegar a Playa Quemada, un pequeño refugio marinero donde podrás descansar junto al mar o darte un baño antes del regreso. Es un cierre perfecto para una jornada luminosa y serena.
Alojamiento en Arrecife en el Hotel Lancelot o similar.
Desayuno y tiempo libre hasta la hora del traslado al aeropuerto para tu vuelo de regreso o prolongación de estancia. Fin de los servicios.
Cada sendero en Lanzarote es un viaje entre fuego y océano, donde el silencio del volcán se mezcla con la luz del Atlántico.
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