Día 1: Llegada a Santiago de Compostela
Santiago de Compostela, punto final del Camino y comienzo de una nueva travesía hacia Fisterra, te recibe con el eco de campanas y calles empedradas llenas de historia.
Antes de emprender el recorrido hacia la costa, disfruta del ambiente peregrino, visita la majestuosa Catedral y recorre las plazas que respiran espiritualidad y tradición gallega.
Alojamiento en Santiago, lugar ideal para descansar, saborear la calma y preparar cuerpo y mente para los días de aventura que comienzan al día siguiente.
Día 2: Etapa 1 – Santiago de Compostela – Negreira (21 km)
La ruta parte de Santiago entre verdes paisajes gallegos y aldeas tranquilas, donde los sonidos del bosque acompañan el ritmo pausado de los primeros pasos.
Tras cruzar el histórico puente de Ponte Maceira, el Camino se adentra en el valle del Tambre, rodeado de molinos, ríos y antiguos caseríos de piedra.
Alojamiento en Negreira, punto de encuentro entre la Galicia interior y la senda que conduce hacia el Atlántico.
Día 3: Etapa 2 – Negreira – Olveiroa (33 km)
La etapa más larga del Camino de Fisterra discurre entre colinas suaves, aldeas rurales y extensos prados donde la Galicia interior muestra su esencia más auténtica.
Los caminos se abren paso entre fragas, riachuelos y antiguos hórreos, con vistas que alternan la calma del campo y el horizonte montañoso del Xallas.
Alojamiento en Olveiroa, pequeño enclave rural que ofrece descanso y serenidad antes del descenso hacia la costa.
Día 4: Etapa 3 – Olveiroa – Cee (19 km)
Desde Olveiroa, el Camino desciende suavemente entre montes y bosques hasta alcanzar las primeras vistas del Atlántico, un momento de emoción y recompensa.
El sendero bordea el embalse de Fervenza y atraviesa aldeas como Logoso o Hospital, antes de abrirse hacia el mar y las playas de la ría de Cee.
Alojamiento en Cee, villa marinera que anuncia la cercanía del Fin del Mundo y ofrece un merecido descanso junto al océano.
Día 5: Etapa 4 – Cee – Fisterra (15 km)
La última etapa del Camino de Fisterra comienza junto al mar, con el sonido de las olas marcando el ritmo de los últimos pasos del peregrino.
El sendero atraviesa Corcubión y continúa hacia Fisterra, donde el faro se alza sobre los acantilados como símbolo de destino y libertad.
Alojamiento en Fisterra, con tiempo para contemplar el atardecer sobre el Atlántico y celebrar el final de una travesía inolvidable.
El Fin del Mundo marca también un comienzo: la certeza de haber vivido el Camino más allá del horizonte.